Si te acercas a alguien y le preguntas: "¿Porqué comes?"...
...lo más probable es que te conteste: "Porque tengo hambre"
Pídele, entonces, que te describa cómo sabe que tiene hambre: se quedará desconcertad@ :O
Una de las razones por las que se notará desorientad@ con esta pregunta es porque cuando se siente hambre, en realidad estás percibiendo distintas clases de hambre. Los diferentes tipos de hambre no son más que sensaciones, pensamientos e incluso emociones.
Según nos explica Jan Chozen Bays en su libro Comer Atentos, existen 7 clases de hambre:
1) El hambre visual
¿Alguna vez, aún estando llen@, has mirado la bandeja repleta de delicias y no has podido resistir la tentación? es lo que comunmente llamamos comer con los ojos.
Aunque tu estómago está lleno y no quiere más, tus ojos dicen : "me lo voy a comer". Tu mirada se ha quedado prendada y ha ganado. Tiene el suficiente poder de convicción para seducirte, aunque tu organismo esté completamente saciado.
Tus ojos también tienen el poder de decidir la cantidad que vas a comer "voy a comerme la mitad de eso", "me lo voy a comer todo",... esa información entra por la vista.
Esto supone que puedes utilizar este tipo de hambre en tu propio beneficio:
- utiliza menaje (platos, fuentes,...) de menor tamaño.
- que la mitad de tu plato sean vegetales
- juega con los colores para satisfacer el hambre visual
2) El hambre olfativa
La mayor parte del reino animal depende del olfato para localizar la comida y, aunque el ser humano no tiene un olfato excepcional, podemos distinguir hasta 10.000 olores diferentes :O
Cuando saboreas, dependes también del olfato ¿no te ha pasado que cuando estás constipad@ la comida te sabe menos?... al perder sentido del olfato, no consigues apreciar las sutiles percepciones del sabor y comes tan sólo porque lo necesitas para sobrevivir.
Piensa también en el olor de un café por la mañana, o el olor a pan de la panadería,...disfrutar del aroma puede ser tan placentero como comer. De ahí el dicho "huele que alimenta" ^_^
3) El hambre bucal
Es la necesidad que tienes de tener sensaciones placenteras en la boca. Estas sensaciones placenteras dependen de múltiples factores: genéticos, culturales, hábitos alimenticios,... Así por ejemplo algunas personas adoran el picante y otras lo aborrecen.
Las texturas de la comida también son muy importantes
Para satisfacer tu hambre bucal es muy importante que
mastiques bien la comida.
4) El hambre estomacal
Cuando sientes hambre puedes sentir una sensación de vacío en el estómago o una serie de sensaciones que llamamos "retortijones de hambre"
Aunque creas que es el estómago el que te dice cuando tienes hambre, en realidad esto no es así. Eres tú quien, a través de tus hábitos alimentarios, le dice al estómago cuándo tener hambre.
Hay personas que tienen problemas de reflujo gastroesofágico o
acidez de estómago y lo confunden con hambre....comen más para calmar esas sensaciones y entran en un círculo vicioso, ya que esas sensaciones no se van a calmar, de hecho, pueden provocar más liberación de ácido y agravar los síntomas al llenar más el estómago.
La ansiedad y las preocupaciones
también engurruñan al estómago, incluso haciendo que gruña y eso nos hace entrar en el circulo vicioso del picoteo.
Es importante que cuando sientas este tipo de hambre prestes atención ¿que es lo que realmente genera estas sensaciones?
5) El hambre celular
Sabes que el propósito final del proceso de digestión es que lleguen los nutrientes necesarios a todas y cada una de las células de nuestro cuerpo. Nuestro organismo nos indica que nuestras células tienen hambre a través de diversos síntomas (dolor de cabeza, mareos, irritabilidad, pérdida de energía, cansancio,...) Es importante que aprendas a escuchar a tu cuerpo y cuando las células tienen hambre ten por seguro que no quieren un pastel, quieren nutrientes (vitaminas, minerales, oligoelementos, proteínas, hidratos de carbono de calidad y, como no, agua)
6) El hambre mental
El hambre mental se basa en pensamientos. Tu mente te habla sobre la comida y te dice lo que deberías o no deberías comer o beber y... no siempre te dice lo mismo, incluso a veces los pensamientos son contradictorios... :(
En un momento te puede decir "Que hambre tengo, me gustaría comer un pastel" y en otro momento "los pasteles no te convienen, tienen demasiado azúcar" o bien "hoy me merezco un pastel"
También están los deberías: "debería beber 2 litros de agua", "no debería comer ese pastel",....
Si te alimentas en función de estos "pensamientos agobiantes" dejas de disfrutar de la comida. La mente sólo quedará realmente satisfecha cuando se calme.
7) El hambre del corazón
Muchas personas comen para llenar un agujero, no en el estómago, sino en el corazón. La comida que metemos en el estómago nunca llenará ese vacío. Justo antes de que aparezca esa necesidad de picar seguramente has tenido alguna emoción negativa, o incluso varias a la vez (frustración, enfado, tristeza, aburrimiento, confusión, inseguridad, impaciencia, ansiedad...
Antes de seguir comiendo detente y pregúntate:
"¿realmente tengo hambre?"
Probablemente tengas un plato que te encanta porque evoca a tu infancia, o a una comida con algún ser querido, un plato que alguien te preparaba cuando estabas enfermo,.. Para cada persona la comida sazonada con amor es distinta. Esa comida no sólo te alimenta, sino que te reconforta.
Alimentas tu corazón cuando pones tu atención a la hora de elaborar la comida, cuando arreglas la mesa y decoras el plato, cuando compartes tus platos favoritos y cuando disfrutas comiendo lentamente.
Ahora ya conoces las siete clases de hambre. El hambre bucal, el hambre del corazón y el hambre mental son las que suelen hacer que comamos en exceso, por eso es muy importante de que seas consciente de su existencia y conozcas cómo satisfacerlas.
No te alteres cuando sientas hambre y no vas a comer inmediatamente, pero tampoco ignores estas sensaciones, ya que tu cuerpo te puede estar avisando de que necesita un combustible de calidad.
Ya sabes que los extremos son malos y como siempre digo "todo en su justa medida", busca el equilibrio.
¿Has reconocido alguno de los tipos de hambre?